La hora de (no) dormir / Diario La Nación 19 de julio de 2011


LA HORA DE (NO) DORMIR :ANAHI BERNERI INTERPRETES: VANINA SAID Y BELEN UCAR MUSICA Y CANCIONES : SEBASTIAN BIANCHINI Y ANAHÍ BERNERI PARTICIPACION EN HIP HOP: MC UNDER COREOGRAFIA: DIEGO JARAZ ILUMINACION: SANTIAGO BADILLO ESCENOGRAFIA: ALITA OLIVARI VESTUARIO:VERONICA DI MICHELE PRODUCCIÓN: SOFIA ALURRALDE ASISTENTE DE DIRECCIÓN: SELVA BERNERI SALA: EL TINGLADO, MARIO BRAVO 948 (4863-1188) FUNCIONES: TODOS LOS DIAS, A LAS 17; EN LA SEGUNDA SEMANA DE VACACIONES, A LAS 12

Nuestra opinión: muy buena
Es tarde. Luly está cansada; tendría que irse a dormir, pero no quiere o no puede, que muchas veces es más o menos lo mismo. La que sí está cansadísima, al límite de sus fuerzas, es su mamá. Pero se arremanga y se pone manos a la obra para que su inquieta hija pueda conciliar el sueño. Un vaso de agua aquí, un muñeco allá, un cuento, una canción, unos mimos y a la cama. Pero no: nada es tan sencillo. Luly todavía tiene energía por gastar y, encima, eso que se le aparece en su mente apenas cierra los ojos la asusta, la pone en guardia, la vuelve más inquieta aun. Así, madre e hija entablan una cariñosa batalla que tiene como ingredientes juegos, bailes, cuentos vivenciales y muchas canciones, porque La hora de (no) dormir , de hecho, es un musical. Uno que cuenta con un puñado de temas que, además de divertidos y contagiosos son tremendamente originales. Es que este trabajo de Anahí Berneri no circula por ningún lugar común. Cuando parece que eso va a suceder, ella, sus actrices y las canciones que escribió con Sebastián Bianchini dan un giro y dejan a todos pagando. Afortunadamente. Ahí está uno de los grandes hallazgos de este trabajo, que está repleto de guiños para los padres, pero también para los propios chicos, a quienes toma muy en serio.
Es muy fácil identificarse con esa madre que parece que batallara allí arriba con los hijos de todos los que están en la platea, tan minucioso es el trabajo de indagación de la actividad nocturna infantil. Esto hace que no sólo los chicos la pasen bárbaro.
Con ese marco argumental, Berneri creó para su puesta un mundo de crayones y papel de un nivel de artesanía entrañable. Se notan los trazos de fibrones, las costuras gordas en los vestidos y pijamas, los elásticos multifunción. Telas, máscaras, peces voladores y lunas que rebotan. Un mundo mágico pintado a mano que se replica en un gran trabajo de animación que sigue los mismos lineamientos. De verdad, una pieza realizada con cariño por ella y por todo su equipo técnico. Ni hablar del que pusieron las dos actrices para componer a Luly (Belén Ucar) y a su mamá (Vanina Said). Las dos se meten en el bolsillo a los chicos de la platea, a tal punto que casi no las dejan ir después del saludo. Buenas voces, gran manejo del escenario y mucho carisma son algunos de los atributos que ponen en juego. No se puede no destacar a Ucar, más que nada porque su personaje le permite un nivel de despliegue físico y enganche con los chicos que ellos no dejan pasar. Ideal para los que tienen entre 2 y 7 años.
Verónica Pagés

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